Un experimento en el que metafóricamente traspasamos la frontera entre el mundo físico y el mundo digital para explorar la forma en que se relacionan.

Los participantes interactuaron y convivieron con una representación física de Pegman (el "hombrecito" naranja, que es tu guía en Google Street View), teniendo la posibilidad de mezclar comportamientos cotidianos tanto del mundo físico como del mundo digital en dinámicas relacionadas con la exploración de nuestro mundo.

Diariamente billones de personas nos introducimos al mundo digital en distintas formas, en distintos dispositivos y con propósitos diferentes. El internet nutre nuestro intelecto, nuestras comunicaciones y nuestras interacciones.

Numerosos servicios y redes sociales como Foursquare, Google, Facebook, Instagram o Pinterest, por nombrar solo algunas, tejen una capa de datos sobre el mundo real, localizando geográficamente una gran parte de la información que almacenan. Habitar en el mundo físico significa cohabitar a todo momento en una variación aumentada de este mundo. Un mundo paralelo con una arquitectura invisible compuesta de datos, imágenes, reseñas, videos y rastros de interacciones humanas. Explorar la frontera entre virtual y real nos presenta con oportunidades de entender mejor ambos mundos y las relaciones que se dan entre ellos.

Uno de los servicios más útiles en los que se compila información del mundo físico para su uso en el mundo digital es Google Maps. Una herramienta en la que podemos recorrer el mundo de forma virtual a través de un mapa, una visualización satelital o un recorrido a través de mosaicos fotográficos.

Google Maps contiene elementos de navegación abstractos que en la vida digital usamos a nuestra conveniencia: acercamientos usando gestos o una escala y botones de +/- o la representación de nuestra mano arrastrando el mapa. También podemos "transportarnos" a (casi) cualquier lugar sobre el mapa en cuestión de segundos, al arrastrar un pequeño ícono amarillo con forma humanoide llamado Pegman.

Pegman se convierte en una representación casi poética de nosotros mismos en este otro ámbito, nuestro embajador en un creciente laberinto de imágenes que, según Google, algún día abarcará todo el mundo.

Pegman nos presenta con una excelente oportunidad para traspasar la frontera digital-real.

¿Qué pasa si movemos la representación de nosotros mismos en el mundo digital creado a partir de Google al mundo real?

Podemos explorar el paralelismo y la comunicación que existe entre estos dos mundos, dando a las personas la oportunidad de convivir con un elemento del mundo digital en el mundo físico, creando formas de interacción a partir de la mezcla de comportamientos, acciones y contextos que existen en ambos mundos.

El primer paso. Basarnos en el diseño original del personaje para crear la figura en tamaño real.

Hicimos varias pruebas en distintos materiales, para hacer una figura con las proporciones que consideramos.

Realizamos varias maquetas y modelados en 3D y al tener un prototipo consistente, empezamos la construcción de la pieza definitiva.

Fabricamos un Pegman de 1.6 m de altura. Dotado de una cámara con la capacidad de grabar y realizar web streaming, un localizador GPS para trazar rutas y una plataforma con ruedas para su desplazamiento.

Dinámicas e Interacciones

Al mismo tiempo creamos dinámicas a forma de juego que mezclen el objetivo de Pegman en el mundo digital, que es la exploración del mundo. Se invitó a las personas a recorrer este mundo físico de la misma forma que lo harían en el mundo digital; Arrastrándolo.

Los usuarios compartieron con Pegman comportamientos y acciones físicas de la vida cotidiana, desde jugar con él, posar para su cámara e incluso hacerlo partícipe de sus redes sociales y fotografías.

Hashtag y seguimiento

Lo llevamos a distintos sitios. Observamos y documentamos qué ocurrió. También hicimos un seguimiento de la información generada en redes sociales en torno a él siguiendo los hashtags #PegmanIsHere #Pegman